¿Te imaginas tener un tercer juego de dientes cuando se te caen los segundos? Pues parece que esto no es solo cosa de los tiburones, sino que también podría ocurrir en los humanos. Así lo afirma un estudio de la Universidad de Madrid, que ha descubierto una mutación genética que activa un gen llamado EDAR, que está involucrado en el desarrollo dental.
Una mutación genética que activa el gen EDAR
El gen EDAR es uno de los responsables de la formación de los dientes, así como del cabello y las glándulas sudoríparas. Este gen tiene varias variantes, y algunas de ellas pueden aumentar o disminuir su actividad. Los investigadores han encontrado que una de estas variantes, llamada EDAR370A, está asociada con la capacidad de regenerar los dientes perdidos.
Una ventaja para la salud bucodental y otros rasgos físicos
Según el estudio, esta mutación se encuentra en algunas poblaciones humanas, sobre todo en Asia oriental, y podría conferir la capacidad de regenerar los dientes perdidos. Esto sería una gran ventaja para la salud bucodental, ya que evitaría la necesidad de implantes o prótesis dentales. Además, esta mutación también podría influir en otros rasgos físicos, como el grosor del cabello o la forma de las glándulas sudoríparas.
Los investigadores han comprobado que las personas con esta mutación tienen un cabello más grueso y unas glándulas sudoríparas más pequeñas y redondas que las personas sin ella. Estos rasgos podrían estar relacionados con la adaptación al clima frío o húmedo. Asimismo, han observado que los ratones modificados genéticamente con esta mutación tienen más dientes que los ratones normales.
Un hallazgo que abre nuevas posibilidades para la evolución humana
El estudio se basa en el análisis del ADN de más de 2.000 personas de diferentes orígenes étnicos, así como en experimentos con ratones modificados genéticamente. Los investigadores esperan poder profundizar más en el funcionamiento del gen EDAR y sus implicaciones para la evolución humana.
Este hallazgo abre nuevas posibilidades para entender cómo los humanos hemos evolucionado y cómo podríamos seguir haciéndolo. ¿Será posible que algún día podamos tener un tercer juego de dientes como los tiburones? ¿Qué otras características podrían cambiar en el futuro? Estas son algunas de las preguntas que nos plantea este fascinante estudio.
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