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Philips Hue Signe Gradient: simple y casi perfecta

Te voy a contar mi experiencia tras probar el Philips Hue Signe Gradient durante una semana, analizando sus aspectos físicos, especificaciones, funcionalidades y experiencia de uso. Te adelanto que se trata de una lámpara cara, pero muy recomendable, ya que ilumina muy bien, especialmente espacios más reducidos, y además es capaz de ambientar muy bien los espacios con sus distintos modos, cambios de color y la posibilidad de sincronización con la televisión.

Minimalista y elegante

El Philips Hue Signe Gradient es una lámpara de pie que tiene una forma alargada, de palo clavado, con una base metálica y un cuerpo de aluminio. Su diseño es minimalista y elegante, y se integra fácilmente en cualquier tipo de decoración. Su altura es de 145,8 cm cm y su peso es de 2,275 kg, por lo que no ocupa mucho espacio ni es difícil de mover.

La lámpara tiene una tira LED en su parte frontal, que es la que emite la luz de diferentes colores. La tira LED tiene una potencia de 29 W y una vida útil de 25.000 horas, lo que equivale a unos 22 años de uso si la encendemos unas 3 horas al día. La lámpara se conecta a la corriente eléctrica mediante un cable de 2 metros de longitud.

La lámpara se puede colocar en vertical u horizontal, según el efecto de luz que queramos conseguir. Lo ideal es situarla cerca de una pared, para que el degradado de luz se proyecte sobre ella y cree un ambiente más envolvente. La lámpara tiene un ángulo de iluminación de 105 grados, por lo que cubre una buena superficie de la pared.

Especificaciones

El Philips Hue Signe Gradient es una lámpara inteligente, lo que significa que se puede controlar de forma remota desde un smartphone, una tablet, un ordenador o un asistente de voz, como Alexa, Google Assistant o Siri. Para ello, es necesario tener un puente Philips Hue Bridge, que se vende por separado y que permite conectar hasta 50 dispositivos Philips Hue en una misma red.

Se puede controlar desde la aplicación Philips Hue, que está disponible para iOS y Android. Desde la aplicación, se puede elegir el color, la intensidad y el tono de la luz, así como crear escenas personalizadas, programar horarios, activar rutinas y sincronizar la lámpara con otros dispositivos Philips Hue.

La lámpara también se puede controlar desde el mando a distancia Philips Hue Dimmer Switch, que se vende por separado y que permite ajustar el brillo, cambiar entre cuatro escenas predefinidas y encender y apagar la lámpara. El mando a distancia se puede colocar en la pared o llevarlo con nosotros.

La lámpara tiene una temperatura de color que va desde los 2.000 K (blanco cálido) hasta los 6.500 K (blanco frío), y puede reproducir hasta 16 millones de colores. La lámpara tiene una luminosidad de 2550 lúmenes a 4000 K y 1800 a 2700 K, lo que equivale a una bombilla incandescente de unos 100 W. La lámpara tiene un índice de reproducción cromática (CRI) de 90, lo que significa que los colores que emite son muy fieles a la realidad.

Solo hay una cosa que no me convence de la lámpara y es el hecho de que no tenga ningún botón o interruptor. Es cierto que su funcionamiento con la app, el Philips Hue Dimmer Switch y los asistentes virtuales es muy bueno, pero sí que he echado en falta algún botón que nos permitiera encender o apagar la lámpara de forma manual.

Algo más que una lámpara de suelo

El Philips Hue Signe Gradient tiene varias funcionalidades que lo hacen muy versátil y divertido de usar. Una de ellas es el modo Ambilight, que permite sincronizar la lámpara con la televisión, de forma que la luz se adapte al contenido que se está viendo en la pantalla, creando un efecto de inmersión. Para ello, es necesario tener un accesorio Philips Hue Play HDMI Sync Box, que se vende por separado y que permite conectar hasta cuatro dispositivos HDMI a la televisión.

Otra funcionalidad es el modo Música, que permite sincronizar la lámpara con la música que se está escuchando, de forma que la luz cambie de color y ritmo según el sonido.

También tiene un modo Juego, que permite sincronizar la lámpara con los juegos que se están jugando en la consola o el ordenador, de forma que la luz se adapte a la acción y al ambiente del juego, creando un efecto de inmersión. Para ello, es necesario tener un accesorio Philips Hue Play HDMI Sync Box, que se vende por separado y que permite conectar hasta cuatro dispositivos HDMI a la televisión.

Muy recomendable es el modo Relax, que permite crear un ambiente relajante y acogedor, con colores cálidos y suaves, que favorecen el descanso y la tranquilidad. Se puede activar desde la aplicación Philips Hue o desde el mando a distancia Philips Hue Dimmer Switch.

Y por último, tenemos el modo Concentración, que permite crear un ambiente estimulante y productivo, con colores fríos y brillantes, que favorecen la concentración y la creatividad. Se puede activar desde la aplicación Philips Hue o desde el mando a distancia Philips Hue Dimmer Switch.

Una buena inversión

Mi experiencia de uso con el Philips Hue Signe Gradient ha sido muy positiva y satisfactoria. La lámpara es muy fácil de instalar y configurar, y se puede controlar de forma sencilla y cómoda desde la aplicación Philips Hue o desde el mando a distancia Philips Hue Dimmer Switch. La lámpara ilumina muy bien, especialmente espacios más reducidos, y además es capaz de ambientar muy bien los espacios con sus distintos modos, cambios de color y la posibilidad de sincronización con la televisión.

La lámpara es muy versátil y se adapta a cualquier tipo de situación, ya sea para ver una película, escuchar música, jugar a un videojuego, leer un libro, trabajar o relajarse. La lámpara crea un efecto de iluminación muy original y atractivo, que transforma el salón en un espectáculo de luz, especialmente si la usamos con otros dispositivos Philips Hue, lo que permite crear un sistema de iluminación inteligente y personalizado.

El único inconveniente que le veo a la lámpara es su precio, que es bastante elevado. La lámpara cuesta unos 300€, y además hay que sumarle el coste del puente Philips Hue Bridge (unos 60€), y el de los accesorios Philips Hue Play HDMI Sync Box (unos 250€) si se quiere aprovechar al máximo sus funcionalidades. Por lo tanto, se trata de una inversión considerable, que no está al alcance de todos los bolsillos.

Sin embargo, creo que merece la pena, ya que se trata de una lámpara de alta calidad, durabilidad y rendimiento, que ofrece una experiencia de iluminación única y diferencial.

Si te gusta la tecnología y la iluminación, y quieres darle un toque de color y personalidad a tu salón, te recomiendo que le des una oportunidad al Philips Hue Signe Gradient, especialmente si ya tienes otras luces de la marca con las que poder sincronizarla y jugar con ella.

Publicado en Análisis Hogar

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