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Análisis Tado X: mi nuevo control térmico inteligente


En mi afán por lograr un hogar cada vez más inteligente y eficiente, tuve la oportunidad de probar la nueva gama Tado X, cortesía de la propia marca. Me enviaron su termostato inteligente y tres cabezales diseñados para radiadores, con la promesa de reducir el consumo energético y controlar la temperatura de forma individual por estancia. Antes de comenzar, tuve que hacer un ajuste extra: cambiar las válvulas de mis radiadores convencionales por válvulas termostáticas, un requisito indispensable para instalar los cabezales de Tado. Aun así, el resultado general ha sido más que satisfactorio, y a continuación comparto mi experiencia.

Primeras impresiones y precio

Lo primero que me convenció de Tado X es su diseño minimalista. El termostato, en color blanco, tiene botones táctiles casi imperceptibles y un panel LED que muestra la temperatura y unos pocos datos esenciales. Los cabezales, también blancos (con el frontal en negro) y de formato cilíndrico, incluyen una pequeña pantalla alfanumérica que se retroilumina al interactuar con ellos.

Aunque no tuve que costear estos dispositivos por el acuerdo con Tado, sé que, en el mercado, el termostato ronda los 180 euros y cada cabezal unos 80 euros. Así que el pack que yo he probado, formado por un termostato inteligente y tres cabezales, se sitúa en torno a los 420 euros. Además, para quienes tengan radiadores sin válvulas termostáticas (como era mi caso), se requerirá invertir un extra para cambiarlas antes de instalar los cabezales. El coste en este sentido puede variar, dependiendo del tipo de radiador y de la mano de obra.

Instalación y configuración

La instalación del termostato fue el primer paso. Retiré mi antiguo dispositivo y seguí las instrucciones de la aplicación de Tado (disponible para Android y iOS). Paso a paso, la app me guiaba en la conexión de cables y la fijación a la pared.

Respecto a los radiadores, no tuve que llamar a un fontanero para que sustituyera las viejas válvulas por válvulas termostáticas, aunque es algo recomendable si no tienes mucha ideal del tema. Una vez hecho esto, encajé los cabezales de Tado X con los adaptadores que vienen en la caja. El proceso duró unos minutos por cada radiador y, acto seguido, los vinculé en la app. Allí, cada cabezal se calibró de manera automática para reconocer cuánto gira la válvula al abrir y cerrar, y así asegurar el control preciso de la temperatura.

Características destacadas

Lo que más me ha gustado de Tado X es el control por zonas. Puedo programar cada espacio de la casa por separado, de modo que, cuando trabajo en el despacho, mantengo los radiadores del salón y el dormitorio a menor temperatura, ahorrando energía.

La función de geolocalización, por ejemplo, apaga la calefacción cuando me alejo del domicilio y la enciende antes de mi regreso, manteniendo mi casa confortable sin un consumo innecesario en mi ausencia. Además, la detección de ventanas abiertas me parece un acierto: si Tado aprecia un descenso brusco de temperatura, interrumpe temporalmente la calefacción y me manda una notificación al móvil. De este modo, evito caldear una habitación que estoy ventilando o que tiene una ventana mal cerrada.

Suscripción Auto-Assist

Tado ofrece una suscripción llamada Auto-Assist por unos 3 euros mensuales o 25 euros al año. Con este plan, la geolocalización y la detección de ventanas abiertas se gestionan de manera totalmente automatizada. Sin la suscripción, puedes aprovechar igualmente la mayoría de estas funciones, pero algunas requerirán tu confirmación manual en la app. Aun así, el sistema se mantiene funcional y no se bloquea por no pagar la cuota mensual.

Uso diario y ahorro en factura

Tras un par de meses con Tado X en casa, he notado un descenso en la factura del gas. No ha sido un ahorro astronómico, pero sí suficiente como para darme cuenta de que calentar solo las estancias que uso en cada momento marca la diferencia. Me ha resultado especialmente práctico en invierno, pues programo el dormitorio para que esté a la temperatura ideal media hora antes de irme a dormir y mantengo el despacho más cálido por la mañana, cuando sé que estaré trabajando. También me ha resultado muy útil programando la temperatura para que al despertar y ducharme no sintiera el golpe de frio mañanero.

Otro detalle que me ha sorprendido es que en verano también encontré un uso creativo: conecté un ventilador de pie Xiaomi y, con Tado, puse una regla para que se encendiera automáticamente cuando la temperatura interior superase cierta cifra. Así, evité tener el ventilador encendido constantemente en las noches calurosas, logrando un ambiente más fresco sin gastar de más.

Integración con asistentes de voz

He probado la compatibilidad con Alexa, Google Home y Apple HomeKit, y la verdad es que no podría ser más fluida. En mi caso, utilizo principalmente Alexa, y bastan comandos de voz sencillos para regular la calefacción:

  • “Alexa, pon el dormitorio a 21 grados.”
  • “Alexa, enciende el ventilador si hace más de 24 grados.”

Este tipo de rutinas también las configuré en Google Home, y no he observado lag o problemas de conexión. Para usuarios de Apple, la integración con HomeKit y Siri añade más posibilidades en la app Casa.

Diseño de rutinas y programación

La app de Tado me encanta por su claridad. Puedo programar cada radiador con horarios específicos o modificar la temperatura sobre la marcha. La detección de presencia se ajusta a mis desplazamientos diarios, y, si quiero, puedo configurar intervalos en los que los radiadores se enciendan automáticamente, por ejemplo, antes de que suene el despertador.

Además, con las rutinas en Alexa o Google Home, he combinado el control de la iluminación con la climatización. De este modo, cuando declaro “Alexa, buenas noches”, se apagan las luces del salón y se ajusta el dormitorio a la temperatura que prefiero para dormir.

Experiencia personal

La posibilidad de controlar cada habitación por separado me ha llevado a reconsiderar mi forma de calentar la casa. Ya no tengo que encender la calefacción general a un nivel alto y acabar sobresaturado de calor en zonas donde no estoy. También siento que es un sistema más justo si en casa hay varias personas con preferencias diferentes de temperatura, ya que cada quien puede regular la suya.

El hecho de que Tado X detecte ventanas abiertas me ha salvado más de una vez de malgastar energía, por ejemplo, en las mañanas en que ventilo el dormitorio o cuando, por despiste, dejo una ventana mal cerrada antes de salir. La notificación en el móvil llama la atención y me evita sorpresas en la factura.

En cuanto a la necesidad de cambiar las válvulas de los radiadores, lo veo como un paso obligado para quienes todavía tengan válvulas convencionales. El coste adicional puede variar según la cantidad de radiadores y la complejidad de la instalación de fontanería, pero me parece un requisito clave para sacar todo el provecho a los cabezales inteligentes.

Conclusiones

Si estás pensando en convertir tu casa en un entorno más eficiente y cómodo, Tado X es una apuesta sólida. Pese al desembolso inicial—unos 420 euros por el termostato y tres cabezales, más lo que suponga la sustitución de válvulas termostáticas—la experiencia ofrece un control superior de la climatización y, en mi caso, un ahorro en la factura del gas que ayuda a compensar la inversión.

La integración con asistentes de voz y la facilidad de configuración también son puntos fuertes. Además, la suscripción Auto-Assist es opcional: si quieres una automatización total sin acciones manuales, ahí lo tienes, pero si prefieres no añadir cuotas, conservas las funciones esenciales igualmente.

En definitiva, la experiencia ha sido positiva de principio a fin, desde la instalación hasta el día a día. Poder dedicar energía solo a las estancias que realmente estoy utilizando, sumar la protección de la detección de ventanas abiertas y disfrutar de la comodidad de un control domótico es, en mi opinión, una gran ventaja para cualquier hogar que busque una evolución inteligente. Y si, como yo, quieres darle también uso en verano con un ventilador o climatizador, Tado X se adapta sin mayor dificultad. Si bien es cierto que no lo adquirí con mi dinero, lo considero lo bastante convincente como para recomendarlo a quienes valoren el confort y el ahorro a largo plazo.

Publicado en Análisis Hogar

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